miércoles, 7 de noviembre de 2007

HIstorias para no Domir. "Sueño de una noche de Verano"

Encontrábame yo en una situación de juerga con 3 compañeros más, en un sitio de ensueño, el pantano de Aznalcóllar, en una noche de luna llena que hacíalas veces de testigo de esta historia aterradora cercana a la muerte.
Como digo, nos encontrábamos reunidos de manera ociosa Álvaro, Nacho(Dorito), Kino, y un servidor. De Maestro de Ceremonias se estaba nuestro amigo Juanito Caminante (Johnny Walker).
Estaba oscuro y las únicas luces que nos guíaban eran la de la luna llena y la de nuestros mecheros. después de varias horas de risas gracias al gran Kino y sus chistes con ese arte estepeño que lo caracteriza. Rondaban las 4 y pico de la madrugada y decidimos comer algo. La única posibilidad que nos quedaba era ir a la ciudad de Sevilla, a 40 km de distancia. Todos arrastrábamos una borrachera considerable, aunque aún quedaba un poco de Johnny en la botella.
Recuerdo que cuando nos dirigíamos a ese gran compañeros de fatigas llamado Fiat Punto, se realizaron dos preguntas clave:

1- ¿Dónde está Nacho?

La respuesta a esa cuestión fue un "Glub, glub, glub" mayúsculo que provenía de la garganta del desaparecido, Nacho... cuando dirigimos nuestras borrosas miradas al origen del sonido se escuchó otro más atronador, que resonó en todo el valle: "aaahhhhggggg!!!!"...
Nacho se acababa de cepillar lo que quedaba de wisky de un trago...

2- Álvaro...¿Seguro que puedes conducir?

Esa fue la segunda pregunta, y hay que recordar que por aquél entonces e único que poseía carné de conducir era Álvaro, asi que la respuesta fue obvia por su parte:

- Por supuesto!!

Lo que aún en estos días no sabe Álvaro es que su cerebro es la parte menos inteligente de su cuerpo y en este caso, su estómago lo contradijo... cuando estábamos montados en el coche y habíamos avanazado unos 15 metros a una velocidad en la que se podían vera ancianos adelantándonos, el coche se detuvo.
Todos nos preguntábamos el por qué de esa parada en medio de la nada con a única luz de las luces largas del punto como guía:

-¿qué pasa Álvaro?

La respuesta de éste fue clara. Se quitó el citurón de seguridad, se bajó del coche, y se colocó justo delante de un faro que le hacía brillar toda su calva. Ese fue el sitio, según él, idóneo para vomitar todo lo qu había bebido. Se incorporó, se limpió con su Klennex (creo que siempre lleva encima el mismo desde hace años) y volvió alasiento del conductor.

Mientras pasaba esto, un coche se paró justo a nuestro lado y dos hombres uniformados, desde la ventanilla le preguntaron a Álvaro:

-¿Se encuentra usted bien? ¿Qué hace parado en medio del campo, a las 4 y media de la mañana y con las largas puestas?

- No se preocupen- respondió Álvaro.- Me encontraba mal he decidido pararme un momento hasta reponerme...

(se hizo un silencio sepulcral de uns 10 segundos en los que Álvaro y el hombre uniformado se miraban fijamente a los ojos y fue entonces cuando salió la "gran solución")

- Pero ahora mismo lo arreglo yo esto, poniendo lo 4 intermitentes de mi coche y yastá señor.-

Es decir,que no sé qué parte del cerebro de mi compañero Álvaro, leyó el problema de con tanta rapidez como absurda fue la solución: "Si pongo los 4 intermitentes de mi coche en medio del campo donde no pasa ni cristo, el guardia forestal no se va a percatar de que llevo una borrachera de órdago...
Inexplicablemente, los guardas s dieron por satisfechos y se fueron si decir más... podríamos seguir nuestra marcha.

En el camino de Aznalcóllar a Sevilla, en la A-49 y a la altura de Tomares, la situación del interior del coche era la siguiente:
Kino en el asiento trasero del conductor dormido, Nacho al lado de éste, en el asiento trasero ocupado con su móvil... que por cierto aún no sé QUÉ COÑO estaba haciendo el chaval con el puto movil; y un servidor en el asiento del copiloto mirando al frente.
En ese momento, percibo que no esábamos dirigiendo poco a poco hacia el arcén deecho de la autopista... seguimos acercándonos... pisamos la línea... medio coche en el arcén...estamos pegados ya a la valla de la autopista...
En ese momento miro a Álvaro y se encontraba con la cabeza echada hacia atrás, con los ojos cerrados e incluso con una pompa de moco que se inflaba y desinflaba en un agujero de su nariz:

-Álvaro!! que nos estrellamos!!!

En ese momento, cogió el volante con fuerza y después de unos cuantos giros bruscos, volvimos al centro de la autopista...
Se hizo un silencio absoluto de un minutos y entonces preunté al aire:

- ¿Hemos estado a punto de morir?
- Sí...- me responde Álvaro.
- Ah vale!! era solo por saberlo.- puntualizo, con el fin de quitar hierro al asunto...

Hay que decir que la posterior jutificación de Álvaro ante la sobada que se pegó fue la siguiente:

- Es que tenía un montón de sueño y como venía una recta larga, pues pensé que este era el mejor momento para echar una cabezadita antes de llegar a la curva-...curva que esta da a un precipicio de unos 20 metros de altura...

Una vez que llegamos al sitio de comer, Álvaro se quedó en el coche para dormir en el asento trasero mientras los demás pedíamos los bocadillos:

-Álvaro, no cierres los ojos aún, de qué quieres el bocadillo?-
- De lo que te sargaloshuevo...-

Me tome esa respuesta al pie de la letra y le pedimos lo más asqueroso que había en el menú: bocadillo de roquefort, con anchoas y palometa... creo que de estas tres cosas, ninguna le gusta a Álvaro.
Le puse su bocadillo empapelado en papel de plata encima del pecho, porque la cuestión de despertarlo estaba dificil... seguimos comiendo y de vez en cuando le echaba un ojo a Álvaro, y para mi sorpresa, aunque nunca lo vi con los ojos abiertos de todas las veces que miré, cada vez había menos bocadillo...¿cómo se lo estaba comiendo? Aún es una incógnita...

Cuando los demás cabamos los bocadillos desperté al conductor somnoliento aún, le dije que nos fuéramos a casa. Él, sin pestañear, se incorporó y puso una mano en el volante y otra sosteniendo lo que aún le restaba de bocadillo. De camino en el coche, lo miraba, y le pregunté:

- ¿Te gusta el bocadillo?
- No- responde tajante él- ¿de qué coño es?
- De queso roquefort, anchoas y palometa...

En ese momento, mientras conducía, abre la ventanilla, y empieza a tirar ls anchoas y la palometa y lo que queda de roquefort y sigue comiendo...

Cuando llegamos a casa, la despedida fue la habitual en estos casos: "que te den por culo"...
Y así fue como se fue a su cama nuestro maltrecho conductor, para poder disfrutar, ahora sí, de su "Sueño de una noche de Verano"

1 comentario:

Nakero dijo...

Que bueno cabezudo!!,pero me gustaría puntualizar un par de detalles y una curiosidad.

-Creo recordar, y si me estado de embriaguez no era tan potente como para llegar a provocar alucinaciones, que la persona que me despertó cuando ibamos por la autovía era Kino, y no usted, que iba totalmente sobado en el asiento trasero.
-El bocadillo de Palometa, roque y anchoas a día de hoy de encanta pero es cierto que entonces no me gustaba un carajo.
-La curiosidad es que el lugar donde me quedé dormido fue practicamente el mismo que donde sucedió lo del camionero, en la A49 dirección sevilla pasao Sanlúcar.

La verdad que la ese día fue buenísimo y hay cosas q se me habían olvidado, lo de vomitando delante de mi coche y que llega la Guardia Civil ya se me había olvidado.

Muy bien cabezoide, me congratula que hayas vuelto al trabajo